Durante el proceso de ingeniería inversa que realizamos a
un producto hicimos diferentes observaciones respecto al color, forma, textura,
función, etc., pero un punto que me llamó la atención respecto a esto fue
cuando nuestro profesor nos hizo leer especialmente una página del libro “NeverUse White Type on a Black Background and 50 other Ridiculous Design Rules”
donde aparecían diferentes principios del diseño, recalcando entre ellas la de
Louis Sullivan que sentenciaba “la forma sigue siempre la función”.
Esta frase, asociada al siglo XX genera un gran debate en
arquitectos y diseñadores, pero según lo que a mí respecta, considero que a
pesar de que la función es relevante a
la hora de crear un producto, no debe ser la pauta para dar la forma, pues en
el ámbito de la arquitectura y el diseño destaca la creatividad y la innovación,
sino cualquier persona sin conocimientos del tema podría realizar un producto
con estas características. Una forma podría ser muy poco convencional por
ejemplo, y no por eso no se va a entender su función. Si un producto está bien
diseñado, el que la forma no sea la típica que debería tener para poder cumplir
cierta función no quiere decir que esté erróneo si es que de todos modos logra
comunicar al usuario cómo se usa o para qué sirve.
Es por esto que en este caso concuerdo más con la frase que
aparecía de Wright “la forma sigue la función
–esto ha sido mal entendido. La forma y la función deben ser una, juntas en una unión espiritual”.
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